Fotografía:Tim Flach
Los axolotls, su nombre original azteca, al igual que sus primos europeos, los olms, son neoténicos, lo que significa que alcanzan la madurez sexual luciendo como larvas; conservando sus agallas y cola. Esto provoca que no se desarrollen físicamente, pero se regeneran. El ajolote, como también se le conoce, hacer crecer las extremidades, los huesos y los órganos que les han sido dañados o cortados. Son mil veces más resistentes al cáncer que los mamíferos. Si sobreviven a las amenazas modernas el tiempo suficiente para que comprendamos sus células inmunitarias, podríamos realizar avances tremendos en numerosas terapias médicas. Por eso precisamente se encuentran en peligro de extinción,
Los aztecas vieron en este anfibio una manifestación del dios Xolotl, quien llevó a las almas al inframundo junto con el sol poniente. Los aztecas veneraban la carne del ajolote y atrapaban a las criaturas de la enorme red de canales y lagos que sostenían sus comunidades en el centro de México. Hoy, solo queda una fracción de este sistema acuático, y está siendo contaminado por los fertilizantes, pesticidas, heces y basura de la Ciudad de México.
Fuente: NatGeo, Faunia