Cuando Lisboa recibió el Premio Capital Verde Europea para 2020, fue un reconocimiento bien merecido para una ciudad que comenzó su impulso hacia la sostenibilidad durante un período de crisis económica, una hazaña nada despreciable. La capital portuguesa se ha tomado en serio la ecología durante mucho tiempo, reduciendo a la mitad sus emisiones de CO2 entre 2002 y 2014 y aumentando la proporción de vehículos eléctricos en su flota municipal al 40%. Casi el 95% de los residentes vive ahora a menos de 300 metros del transporte público, mientras que el 75% vive a la misma distancia de los espacios verdes.
Algunos de los aspectos más destacados de Lisboa en estos ámbitos, que habrán sido valorados por el jurado para elegir la capital portuguesa, son:
- El aumento del número de carriles bici y del sistema de bicicletas compartidas de la ciudad, denominado Gira, que ya cuenta con más de 10.000 usuarios;
- El crecimiento de áreas verdes y parques urbanos ;
- La descontaminación del río Tajo , un proyecto desarrollado durante 10 años;
- La reducción de pérdidas de agua en las redes de distribución;
- Iniciativas para incrementar la eficiencia energética de los edificios;
- La renovación de la flota de autobuses utilizados en el transporte urbano.
-
Fuentes :descubralisboa.com,NatGeo, engadget.com, lisboa.pt