Entre los propósitos de este año, esos que todas hacemos para intentar hacer o cambiar algo que nos gustaría, pero que no encontramos nunca el momento, me he decidido, -o mejor …voy a intentar-, volver a escribir. También leer más, leer como antes. Hace unos 10 años, año arriba año abajo, era una devoradora de libros. Pero de ahí a esta parte, apenas habré acabado un libro o dos por año, ….y de los no muy extensos. Cambios profundos, tanto en lo laboral como en lo personal, hicieron mella en una vida que hasta entonces era de lo más tranquila, pero que se revolucionó y cambió mis hábitos de la noche a la mañana.
Por ende, también escribía mis cosillas. Porque quien lee mucho, tarde o temprano le entra el gusanillo y escribe. Al menos lo intenta. Es algo que va de la mano, y de hecho el dejar de leer implica un retroceso en la creación de lo que sea que quieras escribir. Al menos es mi caso, pero he escuchado historias parecidas y parece más común de lo que yo pensaba.
Por eso, como es uno de enero, el mes en que todo parece que vuelve a empezar, y añorando un poco ese hábito olvidado, me he propuesto empezar a escribir algo todos los días o casi todos. Lo que sea, inspirándome en una foto, en una noticia, hacer un poema, plasmar una experiencia, o aunque sea contaros cómo me ha ido el día.
No prometo nada, solo intentarlo con fuerza.
Feliz año 2020.
