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Uno de los árboles más antiguos del planeta, de casi 6.000 años, en peligro

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La imagen muestra uno de los árboles más antiguos del mundo: un longevo baobab en Tanzania que ahora está en peligro.

Algunas leyendas africanas cuentan que los primeros ancestros humanos nacieron de los baobabs, esos árboles majestuosos, multiformes, imponentes que se alzan solitarios en el monótono paisaje de la sabana.

El baobab (Adansonia digitata, de la familia Malvaceae) es un árbol de aspecto y biología peculiar, que se extiende por toda el África subsahariana. Pueden ser muy longevos, con frecuencia llegan a ser milenarios; se han datado baobabs de más de 3.000 años. No son árboles muy altos, no suelen pasar de los 20 m, pero forman unos troncos masivos inmensos de hasta 14 m de diámetro. Con frecuencia sus troncos están huecos y en su interior pueden almacenar gran cantidad de agua; más de 6.000 litros. En el mismo género Adansonia existe una especie de baobab que vive en Australia y otras seis especies más que se encuentran en la isla de Madagascar; la más famosa es A. grandidieri que forma la impresionante «avenida de los baobabs gigantes» de Morondava.

Para muchos pueblos el baobab es el «árbol de la vida». Posiblemente su capacidad de almacenar agua permitió la expansión de los pueblos nómadas por las zonas más áridas de África. Matthiessen convivió con el pueblo Hadza, que conserva un estilo simple de vida como recolectores y cazadores, y nos cuenta en su libro cómo utilizan los diversos productos del baobab. Las mujeres recogen las semillas, ricas en proteínas y grasas, para molerlas y cocinarlas; una vez preparadas pueden ser consumidas durante los siguientes cinco meses. Las hojas frescas se comen como ensalada. Los panales de abejas que se instalan en los troncos y ramas surten de miel. Los frutos, secados, pueden servir de sonajeros para los pequeños o cortados a la mitad, como cuencos para beber. La corteza abastece de fibra para elaborar cuerdas y redes. Durante las lluvias los árboles proporcionan cobijo y durante la sequía son una fuente de agua que almacenan en sus grandes troncos huecos.

Baobabs en Botswana (Mariette de Villiers

Pero estos magníficos y extraordinarios árboles se están muriendo masivamente. Desde hace una década los baobabs africanos, sobre todo los más antiguo, se mueren. Así lo advierte un grupo de investigadores en Nature Plants, donde barajan como motivo principal el cambio climático.

Estos científicos de Sudáfrica, Rumania y Estados Unidos han descubierto que los más grandes y antiguos ejemplares de esta especie, algunos de entre 1.000 y 2.500 años de antigüedad, han muerto en los últimos 12 años.

”Es muy sorprendente visitar baobabs monumentales, con edades superiores a mil o dos mil años, que parecen estar en buen estado de salud, y encontrarlos después de varios años caídos al suelo y muertos”, explica el coautor del estudio Adrian Patrut, de la Universidad Babes-Bolyai de Rumania.

”Estadísticamente, es prácticamente imposible que una cantidad tan grande de viejos y grandes baobabs mueran en un período de tiempo tan corto debido a causas naturales”, añade Patrut.

Entro los baobabs moribundos hay árboles conocidos que se han hecho famosos por su tamaño o arquitectura natural, como el Baobab Sunland, así como el sagrado baobab Panke, un árbol gigante en Namibia llamado Grootboom, y el baobab Chapman de Botswana.

Patrut asegura que, aunque es un pequeño conjunto de datos, la tendencia es alarmante.

Pero lo que tiene más desconcertados a estos científicos es que todavía no han podido encontrar una explicación para la muerte de algunos de estos árboles, considerados entre los más antiguos del mundo. ”Sospechamos que esto está asociado con el aumento de la temperatura y la sequía, con modificaciones significativas de las condiciones climáticas que afectan al sur de África en particular”, indica Patrut.

Sin embargo, este grupo de científicos reconoce que no existen evidencias claras al respecto. “Se necesita más investigación para apoyar o refutar esta suposición”, agrega Patrut.

Aunque se necesita hacer más trabajo para conectar definitivamente los puntos entre el cambio climático y la mortalidad de los baobab, otro estudio publicado en Biological Conservation, ya ha concluido que el cambio climático dañará dos de las tres especies de baobabs en peligro en la isla de Madagascar.

Fuentes Nature Plants, Ecorevolución, La Vanguadia, National Geographic

 

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