Hoy me encuentro en twitter un hangstag curioso: hoy se celebra el #DIAINTERNACIONALDELACROQUETA, y como me encantan, os dejo unos tuits, una breve historia y una receta al final.
Hola!!!
Hoy llegamos tarde, pero es que hemos visto que era el #DIAINTERNACIONALDELACROQUETA y nos hemos ido corriendo a comer unas pocas. ¡qué ricas!¿Cuáles son vuestras favoritas?
Nosotras somos clásicas y votamos por las de jamón. pic.twitter.com/Giy8iP4siI— Las Chicas del Globo (@ChicasDelGlobo) January 16, 2020
Hay días malos, días buenos, y días en los que este país debe permanecer unido por un bien común: la croqueta.
¿Estás mal? Seis croquetas. ¿Estás bien? Doce croquetas. ¿Estás en un momento especial? Treinta croquetas. Y así con todo. #DíaInternacionaldelaCroqueta pic.twitter.com/uEk7E7jtdO
— Kikolo (@kikolo777) January 16, 2020
Croqueta es una palabra que viene de la francesa croquer, la onomatopeya de «crujir», lo que nos lleva a pensar que si una croqueta no es crujiente no es realmente merecedora de tal denominación. De croquer pasamos a croquette y de croquette a croqueta. ¡Así de fácil!
Son muchos los que se sorprenden al saber que la croqueta no ha nacido en España, pues esta parece un plato típico de nuestro país por lo frecuente que resulta verla en nuestra mesa. Pero lo cierto es que aún tardaron en llegar a España tras su aparición en Francia. Así, podemos ver referencias de su origen en textos como El cocinero español y la perfecta cocinera que data de 1867 o en un texto de Alexandre Dumas de 1846.
Las croquetas nacieron en la corte de Luis XIV y la primera referencia de presentación de ellas tal y como hoy las conocemos data de 1817 de manos de Antonin Carême, un cocinero francés que decidió sorprender en el banquete para el príncipe regente de Inglaterra y para el Archiduque de Rusia con un plato de bechamel recubierta por una capa gruesa y crujiente al que denominaba croquettes à la royale. A partir de ese momento las croquetas pasaron a considerarse un exquisito manjar propio de la nobleza.
Os dejo una receta de croquetas de espinacas para conmemorar su día, hoy, 16 de enero.
Ingredientes
- 200 gramos de espinacas congeladas se puede utilizar frescas si prefieres
- 650 ml de leche vegetal sin azúcar añadido divididos
- 100 ml de caldo de verduras
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Media cebolla picada
- 2 dientes de ajo picados
- 75 gramos de harina
- ½ cucharadita de sal
- Pimienta al gusto
- 100 gramos de pan rallado
- Aceite para freír
Preparación
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Hervir las espinacas según las indicaciones del producto. Escurrir y mojar con agua fría. Apretar las espinacas con las manos para sacar toda el agua. Reservar.
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Combinar 400 ml de la leche vegetal y el caldo en una olla. Calentar a fuego bajo.
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Calentar una sartén grande a fuego medio. Añadir el aceite de oliva y la cebolla. Pochar. Añadir el ajo y pochar. Tamizar la harina dentro de la sartén y mezclarla bien. Cocinar unos minutos hasta que empiece a dorarse para quitar el sabor de la harina. Añadir la mezcla de leche y caldo poco a poco, removiendo bien después de cada cucharón que añadas para que no se formen grumos.
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Cuando tengas una masa suave y cremosa, añadir las espinacas y salpimentar. Si la quieres más cremosa (pero más difícil de trabajar) puedes añadir un poco más de leche. Trasladar la masa a un recipiente y dejar enfriarse a temperatura amiente. Tapar con plástico, tocando la masa con el plástico para que no se seque. Meter en la nevera unas horas o durante la noche.
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Poner el pan rallado y los 250 ml de leche vegetal restantes en dos bols. Formar las croquetas con una cucharadita de la masa, rebozarlas con el pan, luego mojarlas en la leche y finalmente volver a rebozarlas en el pan.
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Calentar aceite para freír en una sartén. Freír las croquetas en tandas de 5 o 6 hasta que estén doradas por todos lados. Retirar a un plato cubierto de papel de cocina. Servir.